OLAS DEL HOMBRE CORAZÓN DEL MAR
(Por Rosa María Ordaz)
«el pasado es historia, el presente es un regalo y el futuro es un encanto” cuando el corazón es libre y vibra al unísono de la creación (R. Ordaz)
Estimado lector leí un libro titulado “Olas del hombre corazón del mar” obra chilena del escritor Luis Miguel Fernández publicada por editorial promesa. La profunda riqueza literaria del escrito, es precisamente lo que quiero participar con usted. El epilogo de “olas del hombre corazón del mar” es el dialogo de un hombre con el mar. ¿Con el mar? Si, a continuación nos adentraremos en el azul profundo e inmensidad de dicho océano; para arrancarle los destellos de luz y de esperanza ocultos en sus abismos, multicolores y cristalinas aguas.
El poeta, protagonista de la obra; es como un río que va directo al mar inmenso, a desahogar todo su tesoro de experiencias conformadas de valiosísimos encuentros a lo largo de su existencia; la palabra encuentro es el entreverar del hombre con cada vivencia; contemplándola como un ámbito para honrar al autor de la vida. Estos encuentros de donación y amor, son transformados en legados de sabiduría divina que trasciende delicadamente los planos horizontales del crecimiento humano, horizontales son aquellos planos que nos empobrecen; es decir que no, nos llevan a ascender hacia nuestro perfeccionamiento. Los encuentros del escritor le permiten penetrar en las realidades más profundas del universo; aquellas que al artista le evoca un mar con atributos y virtudes parecidos al maestro del universo.
Poeta: desahogas también en tu expresar, lo que un día fuiste, sólo un río de aguas muertas. Hoy gracias a la fina ciencia de tu eterno mar, que te acaricio un sin número de veces con sus cristalinas olas rompiéndose fuertemente en tu piel, en tu cuerpo; con su diversidad de intensidades en la fuerza de su golpear y, las distintas tonalidades de sus aguas turquesa, grisácea, azul profundo y esmeralda, ahora sabes que irónicamente te acariciaban para recuperar la identidad de la belleza e inocencia opacada de tu alma.
Ese océano; que te evoca lo omnipotente, te purifico desde niño en un pacto sellado con el agua y nuevamente reclama lo que una vez limpio con su esencia bendita. Sus aguas te atraen, te cautivan, te anhelan, te celan, porque, sólo en ellas encontrarás la paz y la redención.
Lucho, sino confrontas a tu infinito mar, sino lo desafías con tus cuestionamientos y escudriñas, para descubrir lo intrínseco de su fuerza destructiva y benévola, y lo penetrable de sus aguas que llegan hasta la raíz de tu espíritu; para convertirte nuevamente en agua viva, agua sanada, agua limpia, agua purificada.
Lucho, sino preguntas, al poderoso mar; como Job, perderás el asombro extraordinario de su gloria soberana y de su fin último; ennoblecer tu vida y con ella todo lo que a tu entorno existe.
Poeta: estás fuertemente atraído por un mar que te exige hacia el, se siente identificado contigo; le perteneces, te configuras en su omnipotencia; paralelamente su seductora belleza tan contrastante, te deja sin aliento; ahí, te unificas, en el esplendor de dicha ciencia, te fusionas en una analogía de lo eterno y lo perfecto. Después eres elevado a otro mar de estrellas, en el que te pierdes en la infinitud de tu heredad en un firmamento y creación celestial.
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